A lo mejor es que yo me acostumbré demasiado a este círculo,
a sonreír por no hacer otra cosa,
y siempre tengo miedo de dar un paso en falso.
Paso. Tanteo. Paso. Tanteo. Paso.
Y miras para atrás y no te gusta nada
pero miras para adelante y eso te gusta menos.
Existía un punto medio, en una época,
cuando éramos felices
y nos importaba tanto la palabra
como el hecho.
Ahora ya no nos importa nadie,
ni siquiera nos importamos entre nosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Insultos y halagos aquí.